Palomitas con choco

Críticas de cine, desde Huelva

O palhaço (El payaso)

Título: O palhaço (El payaso)

Dirección: Selton Mello

Interpretación: Selton Mello, Paulo José, Tonico Pereira

Brasil 2011

 

 

 

 

Detrás del maquillaje del payaso

«Yo hago reír a la gente…¿pero quién me hace reír a mí?». Esta frase resume la esencia de la película brasileña que acaparó 12 premios de la academia brasileña de cine (incluidos los de mejor película, guión, director y actor) y que ha sido seleccionada para los Oscars por este país. La sencilla historia de un payaso de circo rural que trata de encontrarse a sí mismo y que quiere saber cuál es su lugar en el mundo, sirve para espolear una película donde la comedia suave y el drama edulcorado combinan en un maridaje perfecto de complicidad con el espectador, donde se pueden encontrar risas, emociones y tristeza .

Protagonizada y dirigida por Selton Mello (con un trabajo loable en ambas facetas) el personaje del payaso Benjamín resulta redondo en su complejidad, capaz de expresar las más profundas simpatías en el escenario y de transmitir una honda tristeza, basada en los anhelos no alcanzados, en su desesperación por llegar a ser un tipo corriente. Una situación que apela al lado más sensible del espectador con certera puntería. No ocurre lo mismo, sin embargo, con el resto de personajes que aparecen en la cinta, tanto sus compañeros del circo, como algunos de los personajes con los que se cruzan en su deambular por las pequeñas poblaciones brasileñas en esta especia de ‘road movie’ rural, están caricaturizados y están más marcados por estereotipos que por una identidad propia. Este tipo de personajes más planos alcanzan su mayor grado de desidentidad en los alcaldes de las poblaciones que van visitando, donde Mello aprovecha para intentar realizar una crítica a la política y al tráfico de influencias, que no resulta nada sutil.

Pero al margen de esto, la película resulta maravillosa, con un guión simple pero elegante y bien dosificado, que avanza impulsado por los detalles, por pequeñas transformaciones que afectan a Benjamín y a sus sueños,  al payaso y a quién se esconde detrás del maquillaje. Lo realmente significativo del guión es que consigue que objetos tan cotidianos como un ventilador o un sujetador sean determinantes para una historia y logren congregar emociones en torno a estos. Eso por no hablar del propio circo cuyo nombre, Esperanza, lo dice todo.

La música es otro de los prodigios que nos ofrece esta cinta. Las composiciones propias con un triste aire circense resultan más que evocadoras, y a estas hay que sumar una gran selección de canciones cargadas de melancolía que resultan perfectas para acompañar las vicisitudes del payaso protagonista.

Destacar también tanto la fotografía como la escenografía, muy cuidada en ambos casos. Tanto en el caso de las brillantes pero un tanto lúgubres luces del circo, como en el de los polvorientos caminos que recorre el camión circense en busca de un nuevo espectáculo.

Una película para divertirse con buenos golpes, de humor, para emocionarse en la introspección de su personaje principal y para disfrutar en su estética valiente y bien moldeada, un lujo.

 

Nota: 8

My Sassy girl

Título: My Sassy girl

Dirección: Kwak Jae-young

Interpretacción: Cha Tae-hyun, Jun Ji-hyun

Corea del Sur. 2001

 

 

 

-«Pensé que esa chica quizás me estaba haciendo una jugarreta, pretendiendo estar borracha y vomitando, para aprovecharse de mi dado mi estado de confusión»

-«Primero: no le pidas que sea femenina. Segundo: no dejes que tome más de tres copas, o le pegará a alguien. Toma café en vez de Coca-cola, si te golpea, finge que te dolió. Si te duele, finge como que no. Cuando cumplan 100 días juntos, dale una rosa durante su clase, a ella le gustará. Asegúrate de aprender esgrima y squash y estate preparado para ir a prisión un par de veces. Si te dice que te va a matar, no lo tomes a la ligera. Si le duelen los pies, intercambia el calzado con ella y por último, le gusta escribir, aliéntala a que escriba».

-«Dos años han resultado ser no tanto tiempo, solo perdí mi tiempo pensando en estupideces como en si estábamos destinados a encontrarnos».

-«¿Sabes que es el destino?… construir un puente de posibilidades para quién amas.

 

Pachelbel  y el destino

Me rindo. Uno que siempre mira con cierto escepticismo las comedias románticas y que aborrece el espíritu ñoño que se esconde tras Hugh Grant y Sandra Bullock, se topa de repente con una película coreana, basada también en los mismos actos románticos y en la fuerza del destino, pero en un formato absolutamente diferente, con unos personajes alocados y alejados de los canones, con un estilo más jovial, un humor que roza el absurdo y donde sustituyen los besos por tortazos para evitar un filme demasiado enpalagoso…. y claro, caigo rendido. La película está dividida en dos partes y un epílogo.

La primera no pasaría el corte del aprobado, las actitudes de los personajes y la extrañísima relación de ‘noviazgo’ que ambos mantienen la aleja del espectador, ahí se explota más la comedia que el romance y algunas de las situaciones que se plantean rozan el ridículo, aunque el magnetismo que emanan los dos protagonistas, especialmente la visceral chica, te mantiene al otro lado de la pantalla.

La segunda parte es la que realmente engancha y emociona, es pastelosa sí, pero irresistible, hasta ablandar el corazón de un asesino en Harley Davidson con su petaca de Jack Danields y un Lucky Strike en la boca. Hay escenas sublimes para recordar, originales, atrevidas y emocionantes que empiezan a labrar en la película un espíritu de tener algo más que una típica comedia romántica, y es cuando entra en juego también el aderezo de la música, con el ‘Canon’ de Pachelbel al piano y el ‘My Girl’ de The Temptations, que te pueden llevar a volar en sus respectivas escenas… pero eso no es todo, queda el epíligo, original, sorprendente  y fascinante que suponen un cenit perfecto para dejar la película en toda la boca y dibujar una sonrisa en los labios. Asi que o me estoy volviendo gay o realmente queda algo por salvar en este género, que nunca creí que llegara a sorprenderme e incluso a admirar. Asi que dejen que sus 21 grados de alma se hinchen, masajeen sus corazones y sueñen un poco con eso llamado Amor y que en esta película adquiere su propio significado.

Nota: 7

 

La regla del juego

Título: La regla del juego

Dirección: Jean Renoir

Interpretación: Marcel Dalio, Nora Gregor, Jean Renoir, Roland Toutain, Mila Parely.

Francia. 1939

 

-«Me rindo, se puede combatir el odio, pero no el aburrimiento»

-«No puedo raptar a la mujer de mi anfitrión, que me considera su amigo, sin darle una explicación, no olvide que hay reglas».

-«Es típico de nuestra época, ahora todo el mundo miente, los folletos de la farmacia, los gobiernos, la radio, el cine, los periódicos…¿Cómo pretendes que nosotros, los particulares, no mintamos?»

 

Infidelidades caballerosas

 

Desde agosto de 2012 y hasta el 2022 La regla del juego será oficialmente la cuarta mejor película de la historia según la lista que cada década realiza la revista Sight & Sound consultando a más de 800 expertos. Algo deberá tener cuando profesionales del sector década tras década la incluyen en tan exclusiva lista, pero servidor, aún observando grandes valores en el filme desde luego no la auparía al Olimpo del cine. 

Verán, la película tiene un lado crítico muy corrosivo, un repaso a la alta sociedad francesa de la época, a su hipocresía, sus estúpidos convencionalismos, su mirada ajena a la realidad y su devoción por las fruslerías. Domina también en el lado técnico la profundidad de campo, siendo capaz de desarrollar dos tramas a la vez en un solo plano… pero la trama… que quieren que les diga, no me la creo, simplemente. La historia no deja de ser un vodevil de enredos amorosos, infidelidades y peleas entre cornudos y amantes que en ocasiones rozan lo exagerado y donde la concatenación de casualidades pueden dar lugar al drama. En este cocktail de puñetazos, disparos, confusiones y besos furtivos y donde los personajes femeninos son tratados con cierta ligereza (de cascos) hay uno de los personajes principales, el de Christine (interpretado por Nora Gregor) que se confunde con respecto a quien entre cuatro hombres ama de verdad y la respuesta es a todos y a ninguno… que no me lo creo y punto. Por cierto se le presupone a la película ciertas dotes de comedia, pero mis músculos maxilares no se han movido ni una sola vez.

Los diálogos fluidos e inteligentes, con ciertas sutilezas y dobles sentidos, arreglan en parte el desaguisado del guión y son los que realmente mantienen el interés y que uno no termine por dormirse pues hay algo interesante que escuchar en cada frase… pero de ahí a ser la cuarta mejor pelicula de la historia (Las tres primeras son Vértigo, Ciudadano Kane y Cuentos de Tokio) hay un trecho y muy grande.

Nota: 7

Novecento

Título: 1900 (Novecento)

Direccción: Bernardo Bertolucci

Interpretación: Robert de Niro, Gerard Depardieu, Stefania Sandrelli, Dominique Sanda,Donald Sutherland, Burt Lancaster

Italia. 1976

 

 

 

-«No debes morder la mano que te da de comer mientras necesites alimento»

-«Es tu dinero la que la hace puta»

-«Todos se parecen, con la camisa negra todos son iguales»

-«En todas partes donde hay alguien que trabaja, ahí está el partido»

-«La cárcel, el granero, un árbol… que más da»

-«Soy un socialista de bolsillos agujereados»

-«¿Yo os traigo aquí un culpable y vosotros pedís un abogado?

 

Amistad violenta

 

Novecento tiene muchas cosas, un caballo llamado cocaína, una puta epiléptica, una bandera gigantesca hecha con retales de otras banderas, un gato aplastado por la frente de un fascista, un tren pasando por encima de un niño, un viejo incapaz de obtener una erección de una núbil ordeñadora…y más de cinco horas de duración para disfrutarla. Pero sobre todo tiene historia, la historia de las primeras cinco décadas de una Italia azotada por las convulsiones sociales, la historia de una amistad imposible entre el hijo del patrón y el hijo del obrero para descubrir como las diferencias sociales y el Statu quo son tan fuertes como para generar una revuelta social. Con grandes dosis de historia y política (en la que Bertocucci se moja a favor del comunismo) la historia que se va desenmarañando seduce, impresiona a ratos y sobre todo madura y lleva a sus personajes a una paulatina transformación con el tiempo en una película muy bien narrada y cargada de símbolos y frases magistrales. Pero, ¿Son necesarias cinco horas y cuarto para contarlo?, como casi siempre en las películas de tan larga duración la respuesta es no… la película está hinchada hay escenas perfectamente prescindibles que lo único que hacen es estirar el metraje con los consiguientes problemas de concentración para el espectador que pretenda darle una oportunidad, en la primera parte todo parece fantástico, en la segunda todo empieza a hacerse cargante y plomizo y se empieza a perder el hilo de algunas tramas secundarias. 

Los jovencísimos Robert de Niro y Gerard Depardieu hacen un papel más que digno para el principio de sus carreras, acompañados por una gran Stefania Sandrelli que le dan toda la verosimilitud necesaria a la historia y poniendo la épica cuando es necesario.

Pero la longitud de la cinta también hace que la historia tenga lagunas, la intensidad se pierda por momentos para resurgir en algunos puntos cumbre. Desigual pero sublime una película histórica que también ha hecho historia en el cine.

 

Nota: 7

Satantango

Título: Satantango

Dirección: Bela Tarr

Interpretación: Mihaly Vig, István Hovath, Peter Berling, Erika Bok, Miklos B. Szekely

Hungría 1994

 

 

 

 

-«No has oído hablar de las lluvias interiores por supuesto. Te lavan los órganos día y noche, vienen del corazón y te lavan el hígado, el estómago, el bazo y los riñones. Yo estoy calado hasta los huesos, si no fuera por este abrigo no sé lo que haría, no me atrevo a desabrocharlo».

-«No debería beber, cuando lo hago, pienso en ataúdes».

-«Por el tierno sonido del acordeón, las arañas lanzaron en la taberna su último ataque. Tejieron sus telarañas encima de las copas, vasos, ceniceros, alrededor de las patas de las mesas y las sillas, entonces, con sus hilos secretos, las ataron de modo tal que en sus ocultos rincones pudieron notar cada pequeño movimiento, mientras la tela perfecta, casi invisible, no fuera dañada».

 

Fango en el agujero negro

 

Con Bela Tarr puedo descubrir que el tiempo cuenta. En efecto, que un filme ya de entrada llame la atención por su duración y no por lo que contiene, es en sí un mal síntoma, una distorsión de lo que debería ser el cine, pero aún así convenía darle una oportunidad a una película que ha levantado también cientos de elogios. Si a usted alguien le habla sobre Satantango, lo primero que le dirá es que dura siete horas y media (sí, no es broma) y aunque le cuente después que lleva a cabo un ejercicio fílmico innovador, con una fotografía preciosa en Blanco y Negro, con un realismo tan extremo que puedes llegar a sentir el aliento de los protagonistas, sin duda lo que más le llamará la atención es que dura siete horas y media. 

No es un asunto baladí, como cualquier acto de comunicación artística el cine sólo existe con el público y aquí Bela Tarr cuenta poco con el ‘otro extremo del cable’  y no piensa para nada en los intereses de alguien que probablemente en 450 minutos sienta necesidad de orinar. No es sólo eso, no soy contrario a que una película tenga dicha extensión si realmente hay algo que contar (Nunca me atrevería a decir que hay que recortarle páginas a El Quijote) pero en lo que no estaría nunca de acuerdo es en coger una preciosa pequeña historia como la del principito y empezarle a añadirle párrafos redundantes hasta convertirla en la enciclopedia Larousse. Eso es en mi opinión Satantango, una buena historia, en la que no sobra una sola escena porque cada una tiene su significado, pero en la que cada una podría ser perfectamente recortada sin que perdiera significado, ni calidad, e incluso en la que se conseguiría realzar más los valores fotográficos y de iluminación del filme al no atiborrarnos con lo mismo en una misma secuencia. No es una crítica gratuita, razonablemente sí tengo una escena de una persona andando por un camino, sin ningún tipo de diálogo ni acción paralela, no es necesario dejar una cámara fija durante los cinco minutos que tarda en hacer el recorrido, con mostrar 30 segundos de la acción sobraría para mostrar el camino, la dirección, la velocidad fija del personaje y el precioso paisaje enfangado por la lluvia que se muestra detrás. A eso se le llama elipsis y es una regla básica de la gramática cinematográfica. Aquí, Tarr utiliza los puntos y aparte, pero no pone un sólo punto y seguido en la historia. Y no me malinterpreten tampoco, estoy de acuerdo con que se rompan las barreras y las leyes para crear algo nuevo, pero nunca si se desvirtúa la obra y en este caso (perdone el autor mi escasa sesera) el aire reiterativo y agobiante con el que se presenta la obra me hace perder el hilo y la perspectiva de la historia hasta dejarme un famélico argumento desmadejado. 

Pero vamos con lo bueno que también lo tiene, pues si la Anaconda resulta ser demasiado larga y pesada para ser sostenida por un sólo ser humano, también destaca por tener una piel preciosa y suave que desata los sentidos. Satantango es visualmente una de las películas más poderosas que jamás allá visto, con un sentido de la plasticidad exquisito flanqueado por el desasosegante ambiente de lluvia perpetua que cae en la granja enfangando a hombres y animales, convirtiendo caminos en un lodazal, y cayendo sobre cortijos desvencijados, muebles destartalados y vidas apesadumbradas, con personajes también caracterizados de una forma impecable, casi perfecta. Cada fotograma es una delicia (pero sobra demasiado tiempo para descifrarlo) y a eso le sumamos un exquisito repertorio de encuadres, planos-secuencias, trávellings, zoom-outs, y juegos de iluminación que cualquier cinéfilo sabrá apreciar. En una película casi sin música los elementos sonoros también cobran vida propia y tienen una importancia vital. Tomados de forma magistral, los lacerantes tic-tacs de reloj, los ecos de las campanas languideciendo en el aire, el pertinaz soniquete de la lluvia estrellándose contra el suelo y las paredes o el irreductible cimbrear del viento, conforman la peculiar banda sonora de esta película creando una atmósfera de tensión irrespirable adecuada para la película que el director húngaro trata de crear. El aderezo de unas interpretaciones estupendas completan la parte positiva de este filme.

Pero toda esta parte contemplativa pasa mucho más desapercibida si uno se aburre y es incapaz de centrar su atención en el filme, si desvía de vez en cuando la mirada a sabiendas de que cuando vuelva a la película nada habrá cambiado y esa sensación puede llegar a ser desesperante.

 

Nota: 4

Easy rider (Buscando mi destino)

Título: Easy rider (En busca de mi destino)

Dirección: Dennis Hopper

Interpretación: Peter Fonda, Dennis Hopper, Jack Nicholson, Karen Black, Antonio Mendoza, Phil Spector.

 USA 1969

 

 

 

-“Sí desde luego, todo el mundo quiere ser libre, sí. Pero una cosa es hablar de ello y otra muy diferente es serlo. Es muy difícil ser libre cuando te compran y te venden en el mercado. Claro que no les digas jamás que no son libres, porque entonces se dedicarán a matar y a mutilar para demostrar que lo son”

-“Vengo de una ciudad, no importa cual, todas son iguales”.

 

Libertad huraña

 

Tiene más de reflexión, de parábola filosófica, que de película, pero lo cierto es que a finales de los convulsos años 60 esta extraña road movie aderezada con hippies, drogas, Choppers, y nefastos prejuicios sociales fue un auténtico film de culto porque buscaba la auténtica esencia de la libertad y cortaba de un hachazo la hipocresía que se escondía detrás de un estilo de vida que se autodefinía como libre per se. Hay mensaje, contra el miedo a ser libre, la avaricia, la segregación racial, los falsos estereotipos, contra la América rancia y reaccionaria… pero también hay poco guión, en realidad sucede muy poco y especialmente el final, aunque necesario, es especialmente perverso, una manera poco medida de dar el final concreto que debe tener el filme, y muy vasto, un buen guión debería haber buscado algún modo más inteligente de que los dos protagonistas encontraran su destino y la verdadera acción está sólo en el final, en el resto del filme apenas pasa nada más, eso sí, va dejando pequeños retazos para que los más avispados puedan encontrar la verdadera esencia de la película.

En realidad tal vez hace esto Dennis Hopper porque el verdadero final está cinco minutos antes de la secuencia final, en una conversación aparentemente intrascendente en la que se ancla el mensaje que se quiere transmitir y que ya deja a los personajes a su suerte.

Las interpretaciones más bien estereotipadas de Peter Fonda y Dennis Hopper encuentran la suerte de contar con un secundario magistral, un joven Jack Nicholson que demuestra lo que valdrá en el futuro como actor, en un papel de abogado borracho, que también sueña con la libertad y cuya aparición (no casualmente) se inicia en la cárcel de una pequeña población.

Lo mejor de la película son, por un lado, sus apabullantes paisajes desérticos en una muy cuidada fotografía que aparece a lo largo del recorrido de los dos jinetes de Choppers, el otro elemento que hace destacable la película es su banda sonora con temazos rockeros de la época que se adaptan a la perfección al sentido que trata de aportar la cinta, con el ‘Born to be wild’ como escaparate perfecto para que el espectador aspire las mieles de una humanidad sin aparentes ataduras en la piel de estos melenudos.

También tiene una escena para el recuerdo, una extraña secuencia que merece entrar en los anales del cine. El rodaje de los efectos del LSD en un grupo de personajes, resulta en mi opinión fascinante. La manera de rodar esta inmersión en el inframundo de las alucinaciones, con trávelings circulares, elipsis, sonidos que no se corresponden con las imágenes… constituyen la esencia de la extraña sensación que deben tener los personajes perdidos entre el mundo real y el ilusorio, el efecto es verdaderamente desconcertante y asombroso.

 

Nota: 7

Vea el trailer de Easy Rider

Perro come perro

 

Título: Perro come perro

Dirección: Carlos Moreno

Interpretación: Marlon Moreno, Óscar Borda, Blas Jaramillo, Álvaro Rodríguez, Paulina Rivas.

 Colombia. 2008

 

 

 

-“Las ratas se acaban pero con veneno”

-“Ando rato buscándote para darte el pésame, pero no sé si al que mataron fue a vos o a tu hermano”.

-“Patrón hágame caso, entreguémosle esa plata a las almas, que las almas la cobran”

 

Perrerías de sicarios

 

La ópera prima de Carlos Moreno fue una cinta inquietante con muchas tablas, rebosante de acción, violencia y humor negro. Perro come perro se adentra en el mundo de los sicarios colombianos para contar la historia de dos personajes que trabajan para ‘el orejón’ un empresario sin escrúpulos que hará lo que sea para recuperar una cantidad de dinero. Ambos sicarios conviven en una habitación de hotel a la espera de poder realizar el trabajo que les ha sido encomendado, mientras la traición y la magia negra entran a formar parte de la trama.

Con estos elementos Moreno organiza un thriller muy bien ambientado, con un ritmo no muy rápido pero constante que va satisfaciendo las necesidades de entretenimiento del espectador, y en el que además utiliza imágenes y símbolos muy adecuados para la trama, especialmente en las escenas relativas a la nigromancia, donde ciempiés, peces, aguas fecales y pesadillas ambientan la historia con un aire negro y lúgubre que acompañan las desaventuranzas de los dos asesinos a sueldo.

Lo peor de la película son la escasez de profundidad de los personajes, poco creíbles en general y poco densos, a los que conocemos más por sus circunstancias que por sí mismos, y que en general quitan peso a un guión que podría haber lucido más en otras condiciones, pero la novatada de un director en un país que normalmente tiene poco recursos para el cine, había que pagarla de alguna manera. 

El trabajo actoral en general es bastante precario, se salva el personaje interpretado por Marlon Moreno el que da más el tipo de matón y el que además su perfil de personaje también le permite un cariz algo más sentimental. Al otro lado de la balanza estaría la interpretación de Blas Jaramillo en el papel del malvado y codicioso Patrón, puro estereotipo y poca fortaleza de malvado a la hora de dirigirse a sus subordinados.

Así, la película sirve para pasar un buen rato, para no pestañear, para darse alguna que otra sorpresa positiva y para disfrutar con alguna imagen muy cuidada, misteriosa y focalizada para intensificar la intriga más parapsicológica… pero no hay lugar para llevarse algo de conocimiento, para sentir a los personajes o integrarse con ellos. Aún así, la película está bastante por encima de la media en cuanto a la de este estilo se realizan por el mundo.

 

 

Vea el trailer de perro come perro

Nota: 6

Nueve reinas

Título: Nueve reinas

Dirección: Fabián Bielinsky

Interpretación: Ricardo Darín, Gaston Pauls, Leticia Brédice, Tomás Fonzi, Elsa Balaguer, Celia Juárez.

 Argentina 2000

 

 

 

-“Claro que puedo comprarlo, pero también puedo no comprarlo, como harían todos si pudieran”

-“En realidad las estampillas me recuerdan bastante a mi marido, cuadrado, pegajoso…”

-“Putos no faltan, lo que faltan son financistas”

 

Cepos, trampas y falsificaciones

 

Ingeniosa, muy atractiva y entretenida, pero decepcionantemente tramposa. Bielinsky ejerce de trilero en una película sobre timadores profesionales, en la que callejea por diferentes posibilidades, manipula al espectador, lo lleva a su terreno perdiéndolo entre falsas apariencias, juegos desorientativos  y caminos esquivos para embelesar al espectador con una trampa gigantesca en la que el embrollo se convierte durante casi todo el film en una magistral pieza de guión donde casi nada es lo que parece. Pero la propia película esconde un truco, una carta en la manga que más que un as, es una triste sota de bastos. Cerrar tal telaraña de ficción con un mínimo de coherencia, verosimilitud, o cuanto menos honestidad, se hace extremadamente difícil, y ahí Bielinsky no pasa la prueba. Todo resulta ser una farsa, un vil intento de impresionar con elementos nada creativos en un final hecho para justificar toda la emocionante bola de nieve creada anteriormente, pero que se derrite en un flash, porque no hay sentido para el burdo truco final (nada que ver con El Golpe, que trata el mismo tema pero se ayuda de un final apoteósico).

Esta es la decepción, pero durante la película sí hay bastante elementos de intriga, sorpresas, giros imprevistos y una hábil conducción de las sensaciones del espectador que llevan al entretenimiento sin freno, todo ello acompañado con una muy buena interpretación de Ricardo Darín, de lo mejor que ha dado el país en cuestión cinematográfica y que en este filme destaca sobre los demás.

En cuanto a la dirección y los elementos técnico-artísticos, pues pasan con más pena que gloria, no hay nada destacable en este ámbito en una película en la que todo pasa por un guión resultón y motivante, dejando el resto en un segundo plano y haciendo lo justo para acompañar a la historia de adrenalina y pasión por el timo que nos trae esta curiosa película.

Aunque no lo parezca a simple vista, la cinta también tiene un trasfondo social. Las tretas y argucias de los protagonistas para poder estafar el dinero a la gente y la proliferación de timadores en las calles de la ciudad, también son en cierto modo un indicativo de la situación económica de un país que en el año 2.000 estaba acuciado por una grave crisis económica, por lo que la gente tenía que lanzarse al mundo de la delincuencia para poder llevar el pan a casa. Esto sin embargo, aparece en una esfera muy secundaria y reconocible sólo por oriundos argentinos, ya que para un espectador de fuera aparecer totalmente desapercibido.

 Vea el trailer de Nueve reinas

Nota: 5

La Ola

Título: La Ola

Die welle

Dirección: Dennis Gansel

Interpretación: Jürgen Vogel, Frederick Lau, Jennifer Ulrich, Max Riemelt, Christiane Paul, Elyas M´Barek, Jacob Matschenz, Cristina Do Rego.

 Alemania 2008

 

 

-“La semana de proyectos trata de poner en valor la democracia, la preparación de cockteles molotov es cosa de química”.

-“En el nuevo orden de los asientos subyace un sistema”

-“Este es nuestro símbolo, la ola va a arrasar la ciudad”

-“Desde aquí la ola arrasará a Alemania entera y quién se interponga en nuestro camino será arrasado por la ola”.

 

Filofascismo

 

Interesante, didáctica, intrigante y demoledora. La ola es una seria advertencia a los que dormitan sus ideales amparados en la plácida protección del estado democrático. El guión de esta película germana husmea en las raíces de los idearios fascistas o autocráticos, indaga en su germen social y atiza con una perseverante actitud crítica las razones por las que estas pueden llegar aún a proliferar hoy en día.

El medio para conseguirlo es un guión bien trabajado, que remueve poco a poco los despojos para dejarlos oler en un final explosivo, narrando la convergencia ideológica de un grupo de alumnos que se dejan llevar por un experimento de clase sobre el autoritarismo y la disciplina hasta ser subyugados por el sistema ficticio que han llegado a crear, manipulados por sí mismos casi sin darse cuenta. Esta es la interesante propuesta del novato Gensel que deja, desde luego, una historia para la reflexión, una parábola corrosiva que te lleva a comprender lo que muchas veces los ciudadanos de a pie consideramos incomprensibles, la expansión de grupúsculos de extrema derecha o adoradores de Hitler.

Si a eso le sumamos el intrigante comienzo de la película con el cartel de ‘basado en hechos reales’ (en realidad es la adaptación de la novela de Tod Stresser del mismo nombre que a su vez se basa en el experimento real llevado a cabo en una escuela de Palo Alto, en California) un recurso facilón para aumentar el realismo de una película pero que suele funcionar en el subconsciente del espectador, el resultado es casi estremecedor… Y digo casi porque a la película le faltan algunos ingredientes para que nos subamos en su cresta. La película entretiene, dosifica y explica con bastante nitidez los acontecimientos, reparte intriga y en realidad hasta su propio funcionamiento narrativo es un cúmulo continuo de agua que termina por estallar al final contra las rocas, pero lo del realismo… se me escapa, sólo a medias. En realidad la película está bastante forzada especialmente en la confección de dos personajes, quizás los dos con más protagonismo para la historia, por un lado el profesor Rainer Wenger, que comienza autodefiniéndose en el filme como una persona vinculada a la izquierda, e incluso a movimientos okupas y anarquistas y termina de forma no muy lograda creyéndose sus propias mentiras para la clase y por otro el del alumno Tim Stoltefuss quién en apenas un día de clase es capaz de cambiar su conducta radicalmente de un chico aparentemente normal a un doctrinario cuyo lavado de cerebro apenas necesitó una sesión para erigirse en el más dependiente de la ‘secta’, mientras que la actitud del resto de alumnos más o menos se sostiene en estos dos casos mi credulidad pone un listón más alto y además coincide con que son personajes clave para la trama. Que conste que Jürgen Voler si hace una genial interpretación, sólo que la conversión de su personaje no está a la altura. Su interpretación destaca mucho sobre las de los demás chicos que no terminan de encontrar la talla (tal vez por que interpretan a miembros de un grupo y no a seres individuales) .

En este punto también llegamos a otra clave, estamos ante un buen guión y una buena historia de acuerdo, pero que hay del apartado técnico?  Pues ni se nota. El joven director alemán no aprovecha en absoluto los aspectos de la historia para posicionar o mover la cámara y se limita a rodar del modo más aséptico y equilibrado posible, sin romper esquemas en una trama que tiene poderosas opciones de trasladarse a un estilo más independiente (se me ocurriría simplemente el poder de los picados y contrapicados en un discurso del líder a sus seguidores), habla la historia, pero no la cámara, tampoco la iluminación ni la escenografía dejan detalles para impresionar… la técnica no acompaña al torrente creativo intrínseco de la historia.

 Vea el trailer de La Ola

Nota. 7

 

 

Forrest Gump

Título: Forrest Gump

Dirección: Robert Zemeckis

Interpretación: Tom Hanks, Robin Wright Penn, Gary Sinise, Mykelti Williamson, Sally Field, Rebecca Williams, Michael Conner Humphreys, Harold G. Herthum

 USA. 1994

 

 

-“Ella me habló de como había aprendido a expandir su mente y a vivir en armonía, que debe ser algún sitio en el oeste porque se fue hasta California”.

-“Mamá siempre decía que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar”.

-“La verdad es que aunque yo siempre iba corriendo nunca pensé que eso me llevara a ningún lado”.

-“Puede creerlo! Después de sólo cinco años jugando al futbol recibí un título universitario”.

-“La bala me dio en el pompis, decían que la herida valía un millón de dólares, pero debió quedárselo todo el ejercito porque yo aún no he visto ni un centavo”.

-“Yo no soy muy listo, pero sé lo que es el amor”.

Mirada de Bombón

La crítica suele encumbrar a aquellos directores o películas que consiguen que el espectador consiga verse a sí mismo en la pantalla en un acto de catarsis con la obra que sólo el cine puede conseguir (Por algo dedico tanto tiempo a esto). En efecto hay raros casos donde el espectador se identifica plenamente con un personaje de ficción y consigue comprender sus anhelos, sus ilusiones, y cree haber sufrido las mismas idas y venidas del destino que suceden al otro lado de la pantalla. Eso es muy loable en sí, pero hay otros casos, aún más extraños, en las que el director logra que veamos el mundo, en toda su amplitud, a través de los otros personajes. No somos nosotros mismos al otro lado, no pretende que nos identificamos, es otra persona, pero lo terminamos queriendo como a un hermano o a un buen amigo. Eso es aún más difícil de hacer, tener la sensación de realidad plena sin necesidad de recurrir a nuestras propias experiencias, sino a las de un tercero, una persona tan especial que nos encandila, a la que en cierta forma admiramos. Eso es lo que ocurre con Forrest Gump, con el aliciente de que en este caso, esa persona maravillosa a través de la que vemos otro modo de vida es un deficiente mental.

Sólo recuerdo otra película con la que haya logrado tal grado de empatía sin recurrir a mis propias emociones: Amelie. En ambos casos nunca me creería el personaje desde fuera, ambos son tan ‘extraños’ que la comunión con ambos se hace difícil, pero a través de su cerebro todo cobra sentido y la película logra transmitir sus emociones.

Ese es el principal valor que tiene esta excepcional película y para hacer viable el proyecto necesitamos nuestro ‘Audrey Tatou’ particular, es decir una interpretación impecable. Eso es lo que consigue Tom Hanks, una actuación estelar de un personaje sorprendente, potencialmente inverosímil que consigue trasladar su propio microcosmos a la pantalla para que nos emocionemos con sus vivencias.  A la actuación de Hanks hay que sumarle un guión realmente fino e hilado que repasa de una forma sencilla (como vista por un retrasado mental) la historia de los Estados Unidos, repasando todos los acontecimientos históricos de las últimas décadas, desde una visión más humana, casi infantil, que la hace realmente maravillosa, de una forma aséptica sí, con un tono nada crítico, pero el que necesita la burbuja en la que vive el personaje.

A esto se le une una habilidad tremenda para la utilización de la música, un piano para los momentos emotivos y una banda sonora para situarnos instrumentalmente en cada momento de la historia de los Estados Unidos que repasa y que resulta acertadísima en mi opinión.

Hay críticas que señalan a Forrest Gump con el dedo, acusándola de ñoña, ultraderechista y patriotera… y en buena parte tienen razón, pero la cuestión aquí es que el director no trata de adoctrinar, no quiere que nuestro yo se vea reflejado en esos sentimientos, son los de otro, no tiene porque haber comunión ni comulgar con las ideas en el cine. Tal vez esas ideas yankis y edulcorantes no sean las más idóneas para nosotros como espectadores (fuera de Estados Unidos me refiero) pero es que no son las nuestras, son las de Forrest Gump, y cuando vemos a un héroe de guerra, a un atleta de fútbol americano, a un rebelde contra el comunismo jugando al Ping-pong, o a un iluso que va a la iglesia para pedirle a Dios el poder capturar gambas, no es el yo real el que lo pide, es Forrest Gump…al fin y al cabo un disminuido psíquico que es más fácilmente manipulable por lo que incluso subyace una critica al sistema aunque el director no quiera en absoluto ponerla de relieve. Lo que vemos es su vida, triunfante porque “la vida es como una caja de bombones” y a él le tocó uno relleno y con un extra de chocolate, no porque los valores que defienda sean intrínsecamente los mejores. Y el resultado es el de una película vitalista, entrañable, profundamente emotiva (prepara el pañuelo si te gusta llorar) con un guión enorme, un montaje a la altura y un personaje que sobresale de cualquier esteriotipo, único, irrepetible y maravilloso con el que un servidor llegó a disfrutar como un enano.

 

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Nota: 10

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