Palomitas con choco

Críticas de cine, desde Huelva

La estrategia del caracol

Título: La estrategia del caracol

Dirección: Sergio Cabrera

Interpretación: Frank Ramírez,  Fausto Cabrera, Florina Lemaitre, Humberto Dorado, Delfina Guido, Victor Mallarino, Salvatore Basile.

Colombia. 1993

 

 

 

-“Por una vez tenga fe en las personas y no sólo en las leyes”.

-“Si esta casa no fue para nosotros no va a ser para nadie”.

El contra desahucio

Muchas y muy buenas críticas se llevó durante su estreno y su paseillo por lo festivales internacionales esta película colombiana, un país no demasiado ‘promiscuo’ a la hora de penetrar en los mercados internacionales y menos aún si hablamos de hace una década. Y he aquí uno de los ejemplos en los que o bien con las perspectivas del tiempo se pueden ver las cosas de otra manera, o bien, un servidor  no ha sabido apreciarla como el resto de la crítica internacional y tal vez debieran dejar de leer esta crítica para no llevarse una idea equivocada de una película tan aplaudida. 

Pues verán, lo que más me molestó de este filme, fue la grácil y fútil manera que tiene de colocar las diferencias de clases, sin ahondar en absoluto en causas o razonamientos, ofrece una visión que aunque comparta es descaradamente partidista hasta la desfachatez y de una forma tan ridícula que para mí hace que la película pierde toda naturalidad y credibilidad. En efecto el chico rico, es tan malicioso y arrogante porque sí, algo que hace que apenas se puede sostener en pie ese personaje, más si cabe cuando apenas les das un puñado de frases para que muestre todo lo que le hace abyecto sin explicar nada… por el contrario, los pobretones okupas, a pesar de su dura existencia son todos personas encantadoras, amables, solidarias, trabajadoras, comprensivas… vamos, que su único defecto es ser pobres. De veras, el maniqueismo que muestra la película me parece exacerbado y un defecto demasiado evidente como para pasarlo por alto como hace toda la crítica.

Queda claro que la película no es la más realista en su presentación o en el absurdo planteamiento que realiza para solucionar el problemas de estos ocupas de una antigua casa colonial. Quizás sí lo sea en su contexto, en la forma de hablar y de actuar de los residuos sociales que protagonizan de manera coral la película, en sus miedos, sus manías (unas religiosas, otras comunistas, violentas, pacíficas) que sí parecen tener un mejor encaje dentro del engranaje general de la película. Tampoco está muy alejada de ese realismo la crítica al sistema judicial y a la burocracia, mucho más conseguido que a la que se hace contra el sistema oligárquico. Leguleyos comprados, policías corruptos y funcionarios ineptos son los encargados de llevar a cabo el desahucio y el reflejo de esto en un tono satírico, si llega al espectador con cierto desparpajo.

Pero de esto, a cubrir de elogios y premios a un filme, debería ir mucha más distancia, no tiene ni empaque de guión (repito la historia es original pero absurda), ni actuaciones destacadas, ni una crítica tan aguda como para justificar todo lo anterior. No niego que tenga un punto diferente pero no la apruebo.

 Vea la secuencia inicial de La estrategia del caracol

Nota: 4

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2 pensamientos en “La estrategia del caracol

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